Exorcismos milagrosos de Jesús

Jesus exorsisando

En este artículo hablaremos sobre algunos de los milagros de Jesús registrados en los Evangelios Canónicos. ¿Sabías esto?, pues sí, hay casos y aparecen en la biblia. Por eso, es que hablaremos de los exorcismos milagrosos de Jesús y lo importante que han sido.

¿Qué encontrarás en este artículo?
  1. Exorcismos de Jesús en los evangelios canónicos
  2. Los exorcismos de Jesús
    1. Los exorcismos de Jesús en el evangelio
    2. Exorcismo del endemoniado en la sinagoga de Cafarnaúm
    3. Los endemoniados de GADARA.
    4. El milagro de la hija de la mujer Cananea
    5. El niño epiléptico
    6. El endemoniado mudo
    7. El endemoniado ciego y mudo
  3. Exorcismo de Jesús a María Magdalena

Exorcismos de Jesús en los evangelios canónicos

Los evangelistas narran desde su perspectiva y conocimiento cómo sucedieron los hechos. Cada uno con un matiz distinto que nos ayuda a entender estos acontecimientos. Sucedieron hace ya tanto tiempo y que nos llegan ahora, mediante los textos de las Sagradas Escrituras. Nos permiten contemplar las escenas a lo largo de los siglos y continuar aprendiendo de ellas.

Los exorcismos de Jesús

Son muchos los milagros de Jesús, como las curaciones que hizo, pero nos llaman particularmente la atención aquellos que libraron del mal a quienes más lo necesitaban, aquellos que eran atormentados y cuyos cuerpos presentaban los daños que los demonios les provocaban desde el interior.

Podemos decir que Jesús fue el primero y más grande exorcista, quien, convocando el nombre de Dios y gracias a su palabra y su fe, logró desterrar a esos espíritus para liberar a los atormentados. Ellos, en muchos casos, llevaban años sufriendo a causa de ello y eran temidos por sus amigos y familias. Fueron encadenados, atados, encerrados, despreciados y exiliados.

Fue Jesús quien presentándose ante ellos los expulsó. Aquellos que presenciaron los milagros, esparcieron los rumores para dar a conocer los acontecimientos. Poco a poco, el mensaje de fe se reafirmó. Claro que a muchos esto no les convenía, como esos Fariseos que aseguraban que la única forma en que Jesús pudiera realizar aquello era en nombre de Belcebú.

Estos hombres de “la Ley”, a quienes no les convenía que la población se enterara sobre la grandiosidad de Jesús y sus milagros que otorgaban consuelo a quien lo necesitaba, crearon esa campaña de desprestigio al no poder negar los hechos. Y los incrédulos de a poco se fueron convenciendo y fueron testigos y luego continuaron esparciendo el mensaje.

Los exorcismos de Jesús en el evangelio

Los eventos o milagros registrados en los Evangelios, cuyo contenido es sobre el exorcismo de demonios son los siguientes:

Los Evangelios nos cuentan seis relatos:

  • El endemoniado de Cafarnaúm (Mc 1,23-28).
  • Los poseídos de Gadara (Mt 8, 28-32).
  • La hijita de una mujer cananea(Mc 7,24-30).
  • Un joven epiléptico “con un espíritu mudo” (Mc 9,14-27.)
  • El endemoniado mudo (Mateot 9,32-34).
  • El endemoniado ciego y mudo (Mt 12,22).

Jesús le habla al diablo directa y personalmente: “Sal de ahí, yo te lo digo, sal fuera”. Los demonios le obedecen porque lo reconocen como el Santo Hijo de Dios.

Exorcismo del endemoniado en la sinagoga de Cafarnaúm

El hombre endemoniado de Cafarnaún: Sobre la primera predicación pública de Jesús con la que comenzaría su ministerio. Estando en la Sinagoga de Cafarnaúm, un hombre poseído “en poder de un espíritu impuro” le gritó a Jesús,  y se puso a gritar: “¿Qué quieres con nosotros, Jesús de Nazaret?, ¿Has venido a destruirnos? Yo sé que tú eres el santo de Dios”.

Jesús con autoridad le dijo (al espíritu): “¡Cállate y sal de ese hombre!”. El exorcismo no requirió más que eso, pues el espíritu malvado revolcó al hombre en el suelo, dejando su cuerpo, lanzando un grito terrorífico al salir de él como un milagro. Esto se cuenta en: Marcos 1, 23-26.

exorcismos de Jesús

Los endemoniados de GADARA.

Al llegar a la tierra de Gadara, dos endemoniados salieron entre los sepulcros y entonces vinieron a su encuentro… Eran hombres tan salvajes, que nadie se podía atrever a pasar por aquel camino. Gritaron: ¡No te metas con nosotros, Hijo de Dios! ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?. Habían cerdos comiendo a la distancia y los demonios le suplicaron a Jesús: “Si nos expulsas, envíanos a esa piara de cerdos”. A lo que Jesús respondió : “Vayan”. Entonces salieron y entraron en los cerdos, quienes se lanzaron hacia el lago desde a pendiente y se ahogaron. (Del pasaje de Mateo 8, 28-32).

El endemoniado de Gerasa: sobre un hombre a quien tenían encadenado en la región de Gerasa, cerca de Galilea y que se soltaba de sus amarras y rompía cadenas para deambular entre las tumbas. Jesús se presentó ante él y preguntó el nombre del demonio, obteniendo por respuesta: "Legión". No era uno, sino muchos, quienes temerosos de ser desterrados al infierno, suplicaron ser enviados mejor a una piara de cerdos que pacía cerca. Jesús accedió y al instante la legión abandonó al hombre para poseer a los cerdos, los cuales al instante se arrojaron en tropel por un precipicio para perecer en el mar.

El milagro de la hija de la mujer Cananea

Por las tierras de Tiro y Sidón, la mujer cananea, gritó: “¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija está atormentada por un demonio”. Jesús no le contestó y sus discípulos se acercaron diciéndole: Atiéndela, mira como grita detrás de nosotros. Jesús dijo: No he venido enviado, sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Se acercó a Jesucristo la mujer y de rodillas, le insistió: “¡Señor, ayúdame!”

La hija de la cananea: La madre, quien sabiendo que Jesús pasaba cerca y conociendo sus poderes, corrió a su encuentro rogándole que curara a su hija quien estaba endemoniada. Jesús parecía no querer acceder argumentando que esa no era su misión, sino la de ayudar a las ovejas perdidas de Israel y que no estaba bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perros. Pero la mujer lo convenció con un argumento lleno de fe, diciendo que los perros también comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.
No fue necesario que Jesús la viera o le hablara; simplemente le dijo a la mujer que a partir de ese momento su hija estaría sana y así fue. Entonces Jesús dijo: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla tu deseo”. Y en aquel momento sanó su hija. (Mateo 15, 21-28)

El niño epiléptico

El muchacho endemoniado: Sobre un hombre que llevó a su hijo ante Jesús y desesperado le pidió que lo curara porque estaba poseído por un demonio que le hacía convulsionar y echar espuma por la boca y que lo había arrojado al fuego y al agua en varias ocasiones.

Los discípulos de Jesús habían intentado curarlo, pero no lo lograron y fue éste quien lo logró ordenandole al demonio salir de ese cuerpo. Los discípulos le preguntaron por qué ellos no habían podido y Jesús les dijo que no lo habían conseguido porque no tenían fe y que si su fe fuera del tamaño de un grano de mostaza, entonces podría ordenarle a una montaña moverse de un punto a otro y ésta lo haría.

La versión cuenta que un hombre se acercó a Jesús, se arrodilló y le dijo: “Señor, ten piedad de mi hijo, que es epiléptico… A menudo se nos cae al fuego, y otras veces al agua. Lo he llevado a tus discípulos pero no han podido curarlo”. Jesús respondió: “¡Qué generación tan incrédula y malvada! ¿Hasta cuando estaré entre ustedes?, ¿Hasta cuando tendré que soportarlos? Tráiganmelo acá”. Jesús dio una orden al demonio quien salió del cuerpo y desde ese momento el niño quedó sano. (Mateo 17, 14-18)

El endemoniado mudo

Le trajeron a uno que tenía adentro un demonio y no podía hablar. Jesús echó al demonio y “el mudo” empezó a hablar. La gente quedó maravillada y decían: “Jamás se ha visto cosa igual en Israel”. Mientras que los fariseos comentaban: “Este echa los demonios con la ayuda del príncipe de los demonios”. (Mateo 9, 32-34) Un claro ejemplo de los milagros de JESUS.

El endemoniado ciego y mudo

Le llevaron a Jesucristo a un endemoniado ciego y mudo y Jesús lo exorcizó, lo sanó de modo que ya entonces pudo ver y hablar. La gente asombrada se preguntaba: “¿No será este el hijo de David?” (Mateo 12, 22-23).

Jésus exorcisa
Jésus exorcisa

El endemoniado ciego y mudo: sobre un hombre que le fue presentado a Jesús para que lo liberara del espíritu maligno que lo poseía y que impedía que hablara y viera; quienes le conocían, sabían que ese hombre no era ni ciego ni mudo de nacimiento. Porque un día dejó de hacerlo, y entonces Jesús le sanó y la gente especuló: “¿No será éste el Hijo de David?” y los Fariseos intentaron desacreditarlo diciendo: “Si éste expulsa los demonios, será por Belcebú”.

Exorcismo de Jesús a María Magdalena

Hubo muchos otros exorcismos de Jesús, incluyendo el de María Magdalena de quien se dice que fue librada de siete demonios que la poseían para convertirse luego en una mujer virtuosa y seguidora de Jesús. Como puede apreciarse, estos milagros se efectuaron sobre personas que eran atormentadas por demonios o espíritus malignos que hacían que los afectados no pudieran sanar y que tenían manifestaciones visibles de la posesión.

Bastó el contacto, la voz o la presencia de Jesús para que los demonios se replegaran y fueran expulsados, liberando a las personas, quienes lograron recuperarse y continuar con sus vidas. No se trata entonces de sanación de los enfermos (que también sucedió en otros casos), sino de exorcismos que fueron atestiguados y registrados por los Evangelistas quienes dan testimonio a través de las Sagradas Escrituras.

Jesucristo vino al mundo con el fin de anunciar el reino de Dios. Recibimos a Dios en el corazón, pero por el pecado, a veces el mal ocupa en el hombre “el puesto que le corresponde a Dios”. Jesus liberó al hombre del mal y del pecado, así como de las formas de que usa el diablo para dominar, así como de sus espíritus diabólicos o malignos, llama a demonios, que desean pervertir el sentido de la vida del hombre. Pero Jesucristo expulsó los demonios realizando exorcismos en sus milagros.

Los milagrosos exorcismos de Jesús se exponen a continuación. Jesucristo nos ofrece la posibilidad de poder conseguir la libertad con Dios… quiere darle su Espíritu Santo, con el fin de que se convierta en su templo vivo y dirija sus pasos hacia el  buen camino de la salvación eterna.

Los milagros que hacia Jesús fueron muchos, y de los más impactantes, resultaron ser los exorcismos.

Se dice que la forma en que Jesús realizaba exorcismos, marca la diferencia entre él y otros maestros de su época, porque Jesús expulsa al demonio de una nueva forma sin ritual, con palabra de autoridad.

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